ESPELEO CLUB GALTZAGORRI : sitio oficial del club de espeleología de Paterna (Valencia) - clubeo

PROYECTO COLLARADA 2019

                                                  

Octubre año 2000, entrada invernal a la sima Excálibur

Introducción:

La zona de trabajo que nos disponemos a explorar en el año 2019 es el macizo conocido como La Collarada, centrándonos sobre todo en aquellas cavidades con presencia de hielo o acuíferos.

A pesar de que la Collarada ha sido una zona intensamente trabajada, se presupone que existen indicios mas que suficientes de que la sierra alberga un 1.000, debido, en gran parte, a la repetición del fenómeno Arañonera, en el que un potencial calizo de 200 m alberga cavidades de estas dimensiones.

Delimitación de la zona de trabajo:

Una vez realizados los trámites pertinentes con la Federación Aragonesa de Espeleología, nuestra zona de trabajo queda delimitada a la zona coloreada en verde, correspondiendo básicamente a las zonas conocidas como Campanales y Pino Bajo. El Espeleo Club Zaragoza tiene asignado el resto del macizo, coloreados en rosa y azul.

No obstante, a efectos de caracterización bioespeleológica, seguramente visitaremos alguna de las cavidades clásicas del macizo. 

 Fechas de realización:

Las fechas previstas para la campaña estival son del 17 al 25 de agosto.

Objetivos:

El objetivo de la campaña inicialmente se centra en la caracterización y estudio bioespeleológico del macizo, ya que este año contamos con personas capacitadas para esta tarea. Si finalmente el equipo que se reúne tiene potencial suficiente, no descartamos proseguir con las clásicas labores de prospección y exploración.

La idea inicial es montar un campamento de altura en el Gran Lapiaz, a 2.200 m, de máximo 3 días para trabajar este sector, un segundo campamento de otros 3 días en el Orinal de Dios (Collado de Marañán) a 1.900 m, y un tercer campamento de otros 3 días en el Refugio de del Cubilar de la Espata, a 1,700 m.

Situación geográfica

En el Pirineo Aragonés, a occidente del Puerto de Portalet, las montañas fronterizas con Francia se van suavizando a medida que se acercan a la cabecera del río Aragón, en Astún y Candanchú, situándose las alturas medias entre los 2.200 y los 2.400 m. Mas al sur, en la zona que nos ocupa, una cadena de alturas con historia geológica complicada, da unos picos de altura superior, entre los que destacan La Collarada (2.886 m), la Pala de IP (2.778 m) y el Pico Escarra (2.760 m). Las profundas entalladuras del río Aragón y del barranco de Ip, al atravesar estos materiales prepirenaicos, acrecientan el aspecto abrupto del territorio con especial belleza.

Peña Collarada recibe su nombre de la franja de paredes de areniscas rojas que rodean la cima calcárea de la montaña. Con sus 2.886 m es la altura máxima de una sierra que se extiende de E a W entre los valles de los ríos Aragón y Aurín. Por el norte, cae verticalmente alrededor de 800 m sobre el valle de Ip, siguiendo una línea de picos formada por Peña Pequeña (2.742 m) y Peña Somota (2.680 m), descendiendo mas suavemente y de forma escalonada hacia el sur hasta encontrar el barranco de Villanúa.

El roquedo y el relieve

La cabecera del río Aragón, se encuentra en la zona axial pirenaica, de orogénesis herciniana, en la cual están representados los sistemas Devoniano, Carbonífero y Pérmico. Al sur de estos materiales Paleozoicos y separados por una falla, un bloque de materiales secundarios, con calizas cretácicas sobre todo, forma el Prepirineo, en el enhiesto macizo de la Peña Collarada.

En los alrededores de Villanúa, se encuentran los materiales terciarios, eocenos, con calizas, areniscas, calizas mas o menos margosas y arenosas, presentando señales de cabalgaduras sobre el Paleoceno. En esta zona las intercalaciones de areniscas y luego calizas mas resistentes retardan el desmoronamiento, y en los lugares en los que el buzamiento dominante es próximo a la horizontal el resultado es un modelado de muelas cuyo prototipo es la Peña Collarada en un conjunto de escalones estructurales que descienden en gradería. Entre la Peña Collarada y la Moleta hay un segmento de falla por donde discurre la parte alta del barranco de Ip. En la base de los materiales secundarios continúan concordantes los materiales eocenos.

Morfología

Los circos de antiguos glaciares, los umbrales rocosos y las cubetas hoy rellenas, pero de antigua sobre excavación glaciar, forman rincones característicos en los valles de Izas y de Ip, con presencia de ibones. En el macizo de la Collarada, poco plegado, existen grandes relieves en gradería sobre los terrenos paleocenos. En general, por todas partes aparece una morfología determinada por el último episodio peri glaciar, como la gran cubeta glaciar de Villanúa, con sus morrenas laterales y arcos finales tan espectaculares.

Condiciones climáticas

El clima, como no podría ser de otra manera es frío, lluvioso y nivoso, con fuertes precipitaciones durante todo el año. El promedio obtenido para Candanchú en 25 años (1951 - 1975) a la altitud de 1.640 m es de 1.901 l/m2 con 164 días de precipitación que se reparten en 64 días de nieve y 101 de lluvia. Las temperaturas son muy frías, con un promedio anual de 5º. Cabe destacar que las medias de diciembre a febrero están por debajo de los 0º. Además tiene 164 días a cero o bajo cero en sus temperaturas medias, las cuales una u otra vez se han señalado en plenos meses de verano.

Para la estación de Canfranc, con 50 años de observaciones (1928 - 1977) y a 1.050 m de altitud todavía las precipitaciones son muy elevadas, siendo de 1.544 m2 anuales, con menor pluviosidad en julio y agosto, pero sin embargo de poca importancia, con 24 días de nevada y 97 de lluvia. Las temperaturas medias tienen un valor de 8º con 123 días de mínimas de cero o bajo cero. 

La abundante precipitación sin sequía veraniega comporta que la vegetación sea muy cerrada, con prados en la parte alta donde los suelos se hallan bien desarrollados, y mas abajo los bosques donde el frío no sea excesivo y sin suelo esquelético. De los 1.000 a los 1.300  m la frondosidad es exuberante, con especies características de tipo atlántico. En los últimos años, al igual que en el resto de la península, se ha observado un cambio de tendencia climática con disminución de las precipitaciones.

La vegetación

En líneas generales la vegetación arbórea no se extiende en grandes zonas, debido a que gran parte del terreno supera los 1.700 m y porque además, muchos de los materiales litológicos altos no son los mas adecuados a la fácil formación de suelos, aún en clima de montaña. No obstante los bosques son extensos en las laderas y en el fondo de los valles. Predominan los de pino albar o silvestre “Pinus sylvestris” que se desarrollan ampliamente y son coronados casi por todas partes por un estrecho piso de pino negro “Pinus mugo ssp. uncinata”, que en las cercanías de Candanchú y Rioseta alcanza los 1.700 my en la Canal Roya puede llegar a los 2.100 m. No faltan los abetos “Abies alba”, en la parte alta sobre todo.

El tipo de bosque es pues de carácter montano subalpino y se encuentran en las alturas adecuadas otras clases de árboles de clima húmedo, como el haya, formando bosques en algunos lugares, el abedul, el álamo temblón “Populus trémula”, avellanos, alisos, fresnos, algunos servales “Sorbus aucuparia”, saúcos, tejos “Taxus baccata” pocos robles, tilos, arces  y sauces “Salix alba”.

Como sotobosque predomina en casi todas partes el boj “Buxus sempervirens”. enebros, helecho común, majuelo “Crataegus monogyna”, acebo “Ilex aquifolium”, rosas silvestres, endrino o pacharán “Prunus spinosa”, brecina “Calluna vulgaris”; en lugares adecuados, gayuba y frambuesos. Sólo en algún terreno silíceo el bujo o talabardo y arándano. En las partes altas con sustrato calcáreo, se pueden encontrar edelweis.

En las superficies somitales, que se extienden hasta la cuenca del Gállego en el Portalet, grandes pastos de festucas con cervuno “Nardus stricta”, “Phleum alpinum” y regaliz, entre otras.

En los bosques existen muchos jabalíes, algunos sarrios en las alturas, y muchos ciervos procedentes de repoblaciones.

Geología:

En la plataforma de la vertiente meridional de la Peña Collarada se desarrolla un karst de gradería o de plataforma múltiple. La geología se caracteriza por la presencia de capas calcáreas de unos 200 m de potencia (la columna estratigráfica está formada de arriba a abajo por unos 15 m de calizas ilerdenses con sílex, separadas por un fino estrato de margas de un grueso paquete de 100 m de calizas paleocenas, seguidas por 100 m mas de dolomías que reposan sobre un estrato de areniscas del Marboré.

Este patrón básico se repite diversas veces por el apilamiento provocado por los cabalgamientos, que varían según nos desplazamos de E a W y que a la vez se encuentra desplazado verticalmente por cuatro importantes fallas. Las calizas se inclinan unos 60º de pendiente hacia el SW donde lo hacen casi verticalmente hundiéndose cuando llegan a encontrar el flisch de la Sierra de la Espata. En el extremo SW del macizo, encima de Villanúa, es visible un depósito de brechas calcáreas.

Es preciso resaltar la similitud con la estructura geológica presente en el cercano Sistema Arañonera. Un paquete de 200 m de calizas paleocenas, de color blanquecino, descansando sobre un nivel de areniscas rojizas y ocupando los sectores elevados. Este paquete calizo se hunde hacia el S sobre amplias afloraciones de flysch, alternancia apretada de capas detríticas de granulometría decreciente, formada por sedimentaciones turbidíticas tras el levantamiento del pirineo.

La verticalización del paquete calcáreo, como en la Cueva Buchaquera, hace posible que sobre un paquete calcáreo de 200 m se desarrollen cavidades con un desnivel mucho mayor.

Superando el tapón de hielo, Aven Pedrito, verano de 2002

Hidrogeología:

La red hidrográfica de la zona que nos ocupa comprende la cuenca del río Aragón, con sus afluentes por la izquierda de la Canal Roya, Canal de Izas y barranco de Villanúa. En cuanto a la circulación de las aguas cabe destacar:

- Área Paleozoica: en ella la circulación principal es superficial, existiendo no obstante algunas surgencias.

- Áreas con Mesozoico y Terciario Inferior: corresponde a las sierras interiores de la zona sur pirenaica, con materiales esencialmente calcáreos. Existen en la serie potencias de mas de 200 m de calizas masivas susceptibles de ser karstificadas (calizas del Paleozeno - Ilerdiense), confinadas a techo y muro por formaciones mas impermeables. El sustrato lo constituyen las areniscas calcáreo-arcillosas de la formación Marboré, mientras que a techo se halla el potente flysch eoceno de la cuenca sur pirenaica.

- Áreas con flysch: se trata del flysch eoceno, en el que nuevamente la circulación principal tiene lugar superficialmente.

El desnivel del río Bellanuga (Cueva Buchaquera - Río Aragón) es de 1.000 m con un recorrido de 7 km aproximadamente. Es el principal curso de agua del macizo tal como lo demostró la coloración con fluoresceína que arrojada en la Buchaquera emergió 12 horas mas tarde en las fuentes próximas a la Sima del Rebeco. Las aguas recogidas comienzan su viaje hacia el S como se puede ver en El Tobogán de la Buchaquera y en la Sima de los Campanales, donde las grandes diaclasas y las fallas verticales juegan un papel determinante en la orientación de las aguas. Posteriormente confluyen en un colector subterráneo que circula de E a W. El afluente principal es el que nace en el Circo de los Campanales, lugar donde se encuentra la Sima de los Campanales, cabecera de un colector que recoge las aguas de la cara sur de la Peña Collarada bajando paralelamente a una falla de orientación N-S.

Aunque excavadas en brechas, la Cueva de la Guixas y la Sima del Rebeco, junto con media docena de fuentes esparcidas por la unión del barranco de Villanúa y el Aragón, constituyen las surgencias del sistema. Las dos cavidades actúan ocasionalmente como trop-plein, entre marzo y abril cuando las lluvias funden las nieves de la cara sur del macizo, llegando a rebosar por la boca de la Sima del Rebeco e inundar las galerías inferiores de la Cueva de las Guixas. La existencia de cavidades con grandes galerías fósiles en la vertiente del Aurín donde encontramos el piso superior de la Buchaquera (1.950 m), el Aven Pedrito (2.100 m) y el Trou des Vosguiens, podrían ser restos de un antiguo drenaje mas elevado.

Antecedentes: 139 años de espeleología en la Collarada (1878-2017),  Albert Bengoetxea

Los pioneros

Las cuevas más cercanas al valle del río Aragón tienen una historia tan vieja como la humanidad, pero espeleológicamente hablando, la primera y más antigua referencia escrita que hemos encontrado es la visita que Lucas Mallada hizo en 1878 a la Cueva de las Guixas.  En 1914 el profesor R. Jeannel recolectó diversos insectos en una cueva a la que los pastores le llevaron: la Cueva Buchaquera.  En los años cuarenta N. Llopis Lladó hizo el primer estudio hidrogeológico del valle del Aragón y propuso la hipótesis de un río subterráneo que circulando de este a oeste recoge las aguas de la sierra.  Junto con J.M. Thomas i F. Vicens, entre otros, exploró en 1949 las cuevas de Esjamundo, del Rebeco i las Guixas.

Años dorados

En 1959, conducidos por J.B. Whal, llegan a Villanúa un puñado de franceses, que han recorrido más de 1000 km para pasar las vacaciones estivales buscado simas.  El GSC d'Alsace aglutina en torno suyo a unos cuantos chavales del pueblo y de Jaca (J. Esteban, P. Tramullas i otros, que fundaron el GE Guixas) y posteriormente otros grupos del norte de Francia y de Bélgica que visitan tanto la Collarada como otras montañas vecinas, organizando campamentos de verano.  Las siglas se multiplican: USAN, FéRéS, CLRS, ESB.  Comienza la prospección en los campos de lapiaz donde se topografian una treintena de cavidades y se visitan nuevamente las cuevas próximas a Villanúa; los sifones de la cueva de las Guixas se bucean en 1965.  Durante ocho años escriben más de treinta artículos sobre el macizo, J.B, Whal, C. Barbier, P. Schmit, F. Dumont, A. Cronel, P. Vallet, D. Lehmuller son algunos de los nombres que firman los papeles.

Atraídos por las noticias, espeleólogos catalanes visitan las cuevas del valle durante la década de los sesenta, desde Jaca donde algunos hacen la mili como Ll. Auroux (SES), que visita la cueva del Manantial, y A. Roig y A.S. Santamaría (GEB) que describen las cuevas de Villanúa y alzan una excelente topografía de la sima del Rebeco, o desde el Instituto de Estudios Pirenaicos del Dr., Balcells que con O. Escolà y J. Senent, del ERE, estudia la fauna subterránea.

En 1968, solo el CLRS de Lunéville continua trabajando esporádicamente animado por C. Barbier, desplazando la zona de prospección hacia Peña Somota, más al este.  Tres años después, se descubren las primeras simas de importancia en las partes altas de la montaña:  la exploración del Aven Pedrito dejará para el recuerdo nombres como M. Durand, F. Pelletier, P. & P. Fauvel; D. Prevot fue el primero en bajar el pozo de 110 m del Trou Souffleur.

Pero también llega la tragedia.  El accidente mortal, en 1972, de J.P. Vilmint en el sifón de las Guixas y el rescate contra pronóstico de su compañero S. Viaud por el equipo GETA, capitaneado por E. Petit,  constituyen una de las páginas más épicas de la espeleológica pirenaica.  Los hechos desaniman al CLRS que suspende sus expediciones.

Por fin una gran cavidad

A pesar del evidente potencial espeleológico de la Collarada, la montaña se resiste a librar sus secretos y durante 25 años no se consigue descubrir ninguna sima de más de 200 m de profundidad.  Hace falta buscar con una perspectiva nueva, cambiar las expediciones numerosas por equipos reducidos y eficaces,  abandonar las viejas y pesadas técnicas de exploración con electrón por los modernos métodos ligeros de la espeleología alpina.  Soplan vientos de renovación.

Pérignon, que había participado seis años antes en los campamentos del GSCA, lleva en 1973 a sus compañeros del GSPV d'Epinal en busca de la mítica cueva descrita por Jeannel. Y la encuentran, en tres años levantan la topografía de la Buchaquera, alcanzando el máximo desnivel. Ahora nos encontramos nombres como C. y D. Amet, D. Collin y M. Mery.

Piratas! gritan en 1974 los franceses mientras el GIEPE de Sabiñánigo, encabezado por R. Larma, "redescubre" la Buchaquera y la bautiza como XB1.  La polémica está servida.  Los equipos de cada club se alternan en puntas cada vez más profundas en una feroz competencia: el GSPV llega a -374 m, durante el verano de 1975 el GIEPE baja hasta el sifón de los Españoles a -490 m y seguidamente son superados por sus rivales hasta -540 m donde se detienen sin cuerda. El 25 de julio de 1976 los aragoneses consiguen llegar hasta el sifón terminal a -607 m.

Todo este follón llega a Barcelona, donde las noticias de una sima profunda en los Pirineos aragoneses despierta un gran interés en el mundo espeleo, pues, salvo en las míticas tierras de Larra, no se conocían aún muchas cavidades verticales de importancia.  Cabe señalar que no es hasta 1979 que en Escuaín se consigue abrir el Sistema Badalona, mientras que en Arañonera llegan a -600 m ese mismo año.  El GERS decide visitar la, por entonces, famosa Cueva Buchaquera donde aprenden por primera vez cuan desagradable puede ser abrirse paso en un meando estrecho y húmedo.

A finales de los setenta se realizan las primeras coloraciones para averiguar por donde salen las aguas de la Buchaquera: GIEPE (1977) y GERS (1979) lo intentan sin ningún resultado positivo.  La historia de esta última coloración deja una imagen para el recuerdo: el extraño rastro de manchas verdes sobre la blanca capa de nieve que se extendía a lo largo del barranco de Bozuelo, camino de la cueva, dejado por un equipo que transportaba el colorante en un bidón mal cerrado que goteaba a cada paso.

The Next Gereration

Una vez acabadas las exploraciones de la Buchaquera el entusiasmo parece enfriarse.  Mientras en los años setenta se contabilizan veinte referencias bibliográficas, en la década de los ochenta la cifra es de solo seis. 

Durante la segunda mitad de los ochenta, por iniciativa del GS Ragaïe y SC de l’Aude, M.A. Salles, A. Safon, C. Bès, entre otros, continúan la prospección de los lapiaces de Marañán, revisando en 1986 la Grallera del Cubilar de los Bueyes.

En 1988 el GERS llega al macizo llevado por el buen recuerdo de la visita en 1987 a la Buchaquera.  Encabezados por los hermanos D. y J.Mª García se reúne un equipo potente: I. Yzagurre, M. Parrilla, J. Sabaté, S.M. Nadal, J. Gallofré, P. Arnabat, C. Hernando. F. Guzmán i A. Bengoetxea.  Reemprenden las exploraciones subacuáticas en las Guixas y el Rebeco, donde .L. Ibáñez, J. Gastó, J. Astort y X. Sariñena descubren nuevas galerías secas tras superar los sifones.  Una coloración demostró por fin la existencia de un curso de agua subterráneo entre la Buchaquera y el Rebeco: el río Bellanuga. Entre 1988 i 1992 se descubren una treintena de simas en la parte oeste de la sierra, entre Peña Pequeña y el río Aragón, destacando la sima de los Campanales (-384 m).

A finales de los noventa el interés por la montaña parece multiplicarse, tres clubes diferentes continúan las investigaciones.  En el GERS, I. Yzaguirre, J. Gascó, S.M. Nadal i A. Bengoetxea, a partir de 1998,  consiguen aglutinar nueva gente como M. Hajdinjak, P. Martínez , A. Sánchez y C. González, que prospectan en torno del Collado de Marañán, descubriendo una veintena de pequeñas simas e inician la revisión del Trou Souffleur.

En 1997, los veteranos del CLRS de Nancy,  encabezados por Ph. Vallet, revisan y topografian el Trou Souffleur. Mientras,  J. Lanzuela, J.L. Haba, H.H. Faría, C. Duart, F. Hernàndez del EC Galtzagorri de València prospectan sin mucho éxito el Gran Lapiaz y en 1999 revisan el sector superior de la Buchaquera. Sin ninguna coordinación entre ellos, los esfuerzos se duplican inútilmente y la anécdota no tarda en llegar: en el agosto de 1999, catalanes y valencianos levantan sus campamentos a menos de mil metros sin llegar a verse.  Afortunadamente la sensatez se impone y ambos grupos deciden en el 2000 unir sus fuerzas en el Proyecto Collarada, colaboración que se mantiene por espacio de dos años.

En 2003 el Espeleo Club Galtzagorri, el único club que todavía trabaja el macizo, descubre la M5, en el Cubilar de la Espata, (-183 m). Explorada en 2004 y 2005, la exploración se detiene en un corto meandro sin continuidad. Durante estos años se realiza también la topografía del Trou Souffleur (272 m (+5/-267)). Los trabajos en el macizo se mantienen hasta el año 2009.

De 2013 hasta 2016 el Espeleo Club Zaragoza y la Sección Espeleológica del Club Litera Montaña de Binéfar, encuentran y exploran varias simas en la falda de la Peña Nebera. Destacan la sima NE-01, con un tubo de entrada de más de 100m de profundidad y unos 15m de diámetro por el que desciende un enorme tapón de hielo, la sima NE-04 y la cueva BU-01 donde localizan sendos ejemplares de murciélago Plecotus macrobullaris (orejudo alpino) y la cueva SO-01 en la que un gran deposito de hielo fósil está siendo estudiado por investigadores del Centro de Estudios Pirenaicos de Jaca, perteneciente al CSIC.

Asistentes:

El Espeleo Club Galtzagorri cuenta en la actualidad con 30 miembros, siendo todos ellos asistentes potenciales a la actividad. No obstante y siendo realistas, estimamos la asistencia a entre 6 y 8 espeleólogos, ya que esta estará condicionada a los inevitables problemas personales y laborales.

Historial espeleológico:

Joseba Lanzuela Irigoyen, 51 años, practica la espeleología desde el año 1986. Participa en campañas de exploración en Argelita en el 94, Fortanete en el 95, Sierra del Caballón en el 96, en la que se trabaja la Sima del Caballón (-163 m), séptimo desnivel absoluto de la Comunidad Valenciana, El Picaio en el 97, en la que se trabaja la P1 (-189 m), quinto desnivel de la Comunidad Valenciana y karst de Quatretonda en el periodo 1997-2018. Participó en las campañas Collarada  98-09.

Sanda Iepure, bióloga, investigadora contratada del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la Universidad de Valencia (UV) e Investigador Asociado en el Institute of Speleology “Emil Racovita”, Cluj (Romania); especializada en el estudio de crustáceos cavernícolas y ecología de las aguas subterráneas. Es miembro del Espeleo Club Galzagorri y practica espeleología desde el año 1994.

Alberto Sendra Mocholi, biólogo, PDI asociado en la Universitat de Valencia y Director centro NaTuria en Ajuntament de Valencia. Su línea de investigación se centra en la taxonomía, biología y biología de los artrópodos subterráneos, colaborando en la edición de la revista Lapiaz, elaboración del Catálogo de Cavidades del País Valenciano, y publicando varios artículos sobre la fauna de diversas regiones kársticas valencianas. 

Juan Luis Haba Lechón, 59 años, practica la espeleología desde el año 1976. Siendo miembro del extinto Speleo Club Alpino Valenciano, que comenzó las campañas en Picos de Europa que culminaron con la exploración del Sistema del Trave, primer desnivel mundial en su momento, participó en las campañas del 82, 83, 84, 85, 89 y 90. También dentro de este club, realiza campañas en el Pla de Simes (Barx, Valencia), descubriendo la Sima Pilar (-235 m), todavía hoy primer desnivel de la Comunidad Valenciana, y en la Torca de Jornos II, descubriendo los pozos paralelos a la vía clásica. Desaparecido el SCAV se integra en el CUM, Club Universitario de Montaña, participando en las campañas de la Sierra de Cazorla en los años 90 y 91, campaña en Altura en el 88, macizo de El Toro en el 89 y Cueva de la Autopista, (Real de Gandía), que con sus mas de 5 km de galerías es la cavidad de mayor desarrollo de la Comunidad. Ya integrado en el Espeleo Club Galtzagorri participa en las campañas de Fortanete en el 95, Sierra del Caballón en el 96, en la que se trabaja la Sima del Caballón (-163 m), séptimo desnivel absoluto de la Comunidad Valenciana, El Picaio en el 97, en la que se trabaja la P1 (-189 m), quinto desnivel de la Comunidad Valenciana y karst de Quatretonda en el periodo 1997-2018. Participó en las campañas Collarada  98-09.

Lorenzo Medina Fernández, 61 años, practica la espeleología desde el año 1976. Siendo miembro del CUM, Club Universitario de Montaña, participa en las campañas en Picos de Europa en el 86 y 87, de la Sierra de Cazorla en los años 90 y 91, y macizo de El Toro en el 89. Participa en las exploraciones en el karst de Quatretonda en el periodo 1997-2018. Practica la alta montaña. Participó en las campañas Collarada  98-99 y 01-05.

María Lazar, 37 años, practica la espeleología desde el año 2018, fecha desde la que participa activamente en las exploraciones del karst de Quatretonda.